Vistas de página en total

martes, 31 de julio de 2012

Las manos de mi madre


Ayer hablé por teléfono con mi abuela, una señora que a sus 67 años camufla el tiempo con arrugas finas, estéticamente bien ubicadas, ceñidas a su frente y su rostro. Ella es un alma más en el paraíso de los pobres, como dice Manlio Argueta al referirse a los EE.UU en su obra “Los poetas del mal”. Y no es simplemente una metáfora figurativa sino una realidad constante, sonante y sufriente. Nuestra comunidad en el imperio norteamericano sobrepasa los 2 millones que, paulatinamente, han ido emigrando hacia ese país desde tiempos de la guerra civil.

Esta aldea de guanacos asentados en territorio gringo se movilizó como una especie de refugiados de la guerra, aunque para Migración siempre fueron, son y serán indocumentados, ilegales o en su lingua franca: fucking salvatruchos. Tal calificativo nos tiene por debajo del estatus que gozan poblaciones emigrantes como los asiáticos, los judíos e incluso comunidades musulmanas pues ellos, al menos, no se ven obligados a corre de los federales, del FBI, los sheriff o de cualquier otro afroamericano racista. Tampoco son los encargados del trabajo indeseado, pesado y desmoralizante. Claro, que lo hagan los salvachucos si de todos modos ellos vivieron siempre como animales, aves de rapiña, carroñeros, puñeteros, cule…

Eso no lo confirmo yo, lo confirma mi abuela, mis tías y mis tíos que han residido allá, en promedio, no más de dos décadas. Cuando conversaba con ella (mi abuela) me decía que le había llegado su golpe de suerte pues, cuando se dirigía hacia una farmacia, al bajarse del auto, encontró nada más y nada menos que 201 dólares tostados y un poco rasgados. Su voz denotaba gran sorpresa y satisfacción pues con ese dinero ya podía mandarnos unos cuantos billetitos para disfrutar las fiestas de agosto: un churro español, elotes locos, papas fritas, las ruedas y uno que otro dulce típico. Para mi nada de eso tiene el mismo gusto cuando su ausencia se hace presente en estas épocas festivas. Luego prosiguió diciendo que para que nos alcanzara había ido a limpiar una casa cerca del lugar de residencia de uno de mis tíos. Ahí ganó 40 dólares. En mis adentros solo pensé cómo es posible que a su edad tenga que limpiarles la mugre a los gringos por esa cantidad cuando, por pura casualidad, encontró dinero ajeno. Para ella fue como un milagro, para mí una burla.

Nuestros hombres y mujeres son para el imperio la mano de obra barata, los limpia baños, los meseros, los albañiles, las niñeras, la servidumbre, los aguanta todo, los cómelo todo, los véndelo todo… hasta aquí déjemelo para no estropear las proezas de Roque Dalton. El salvachuco es el más valiente de los desgraciados pues hace lo que el gringo acomodado no se imagina. Somos los que ordenamos la casa del patrón y bajamos la cabeza como perros regañados para que nos tiren la tortilla dura, nacida y revolcada. Somos la porquería que más necesitan, la piltrafa que les mueve una parte de su burocracia económica y, aun así, seguimos siendo los perseguidos, marginados y desprotegidos. Para el monstruo capital somos esclavos sin valor que nos descuartizamos  por un quarter así tengamos que trabajar los siente días de la semana.

Y mientras aquí, en el valle de las hamacas, el burdel de los políticos, la casa del miedo y patios adornados con plantaciones de osamentas, esperamos con desesperación que nos depositen el dólar del sustento, el dolor de los sustentadores. Ese juego de transacciones mantiene la mayor parte de nuestros ingresos nacionales reflejado en el PIB con un 16%. Cualquiera diría que los salvachucos somos holgazanes o holgazanes analfabetas, o quizá holgazanes analfabetas delincuentes o también holgazanes analfabetas delincuentes y ricos. Bueno podemos ser todo eso y hasta ricos: ricos en desempleo, en crecimiento demográfico, en contaminación, en consumismo, en delincuencia, muertes, extorciones, corrupción… y la lista se engrosa todos los días. Pero la realidad es que, si vivimos de las remesas es porque estamos huérfanos de estado, de identidad nacional y divididos política y económicamente: derechos e izquierdos y pordioseros versus oligarcas.

Los términos medios están socavados por la polarización que los absorbe hasta el punto de hacerlos desaparecer; sin embargo, las voces de denuncia siempre resuenan haciendo chillar los oídos del politburó de este desquebrajado Estado “soberano” donde lo más importante es que, quien llega al gobierno, tiene un tiempo máximo de cinco años para robar, saquear y destrozar los bienes que nos pertenecen y, ¡vaya resultados!: siempre lo logran con puntaje perfecto. No obstante, siempre hay opositores que les amargan la fiesta, pero no son opositores que favorecen a las mayorías, sino opositores que ven en el enemigo un atentado a sus sagrados recursos e integridad de padrastros de la patria. Y si no pues vean el resultado de cuando dos bandos están inconformes con su tajada y se sienten amenazados: modifican las leyes, se autonombran la hostia consagrada y corren a buscar gente barata para que se sientan respaldados. Mientras los otros, ejerciendo su papel de oposición férrea de carniceros, se amparan milagrosamente en argumentos verdaderos para frenar los abusos de su enemigo, no sin antes planear su regreso al poder. Y el pueblo qué, alguien nos explicó para que entendamos la situación. Todos nos creemos politólogos, climatólogos, sociólogos y criticólogos en estas situaciones, mas nadie sabe el trasfondo en el fondo asqueroso y malévolo de estos padrastros de la patria.

Por la ignorancia a la que nos someten, muchos se divorcian de la participación política pues lo ven como algo lejano a sus vidas y no se dan cuenta que por eso seguimos pobres, por nuestra apatía seguimos sin trabajo, sin oportunidades para los jóvenes que ven como mejor opción emigrar ya sea legal o ilegalmente al norte, al país de los sueños, el paraíso de los mundanos. Allá donde se habla de Dream act, Ley anti y pro inmigrantes, ciudanía para todos, sin embargo, todo es parte de la oratoria electoral de los reyes capitales que prometen un nuevo paraíso en el paraíso. El salvachuco sigue siendo el instrumento de los monopolios aquí, allá y donde la pobreza de sus almas sea bien vista por las multinacionales.

Mi abuela se despide dejando sus saludos al batallón de prójimos que la conocen y la echan de menos. Me promete depositar el dinero lo más antes posible sin que yo haya dicho una sola palabra respecto a eso. Mejor prefiero hablarle de las mascotas que la esperan acá en mi casa, pues solo así pude guardar mis palabras melancólicas y filosas en contra del capataz yankee y su mundo de oportunidades para quien quiera servirles de peón con contrato eterno y sin apelaciones.

domingo, 29 de julio de 2012

Aquí huele a muerte


La edición 212 de la revista Séptimo Sentido que se publica todos los domingos en la Prensa Gráfica nos presenta una crónica del periodista Carlos Chávez en la cual se habla no de un vicio, sino de una total adicción a los cigarrillos. Resulta peculiar que el propio periodista es parte de las estadísticas de fumadores en El Salvador e interioriza en los casos de algunos ex-adictos quienes, en sus historias, develan el poder desgarrador y sigiloso del humo de la muerte.


Link de acceso a la crónica- Séptimo Sentido- La Prensa Gráfica

_________________________________________________________________________________
A nuestro paisito moribundo no le vasta con las toneladas de gas metano, dióxido de carbono, desechos gaseosos de las grandes fábricas, los aerosoles que usamos a diario, las humaredas producto de la quema de basura pues, a toda esta amalgama de residuos tóxicos le sumamos el que proviene de las chimeneas de nuestros orificios nasales y bucales. Digo “nuestros” pero debería decir el de los otros, ya que no soy ni he sido parte de las escasas estadísticas que existen sobre los fumadores activos de El Salvador. Sin embargo, soy de los que nos tragamos el humo donde sea que vayamos: el de los buses, el de la gente que cocina con leña, de la basura rostizada y, el mas común, el de aquellos que se inyectan nicotina y 4,000 tipos de veneno enrollados en una especie de papel blanquecino, atractivos a la visto de los perturbados.

A veces, los genes juegan un papel considerable a la hora de estimar quién es más propenso a caer en alguna adicción; no obstante, para caso particular, ni los genes, ni las amistades, ni las influencias del mundo moderno me han amedrentado para probar un cigarro. Soy joven, y de uno solo esperan decisiones incoherentes e inmaduras. Es por eso que somos los más vulnerables al entrar en contacto con agentes adictivos como el tabaco.

Es triste darse cuenta que el 30% de la población entre los 12 y 15 años ya se consideran fumadores activos. Pero, por percepción visual, yo diría que el 30% es cosa de años atrás pues ahora es más fácil encontrar a un joven afanado con una caja de cigarros que encontrar a uno de ellos leyendo un buen texto o incluso la biblia. El resultado de estas practicas auto-flagelantes lo veremos en unos años cuando la tasa de enfermos por enfisemas, tuberculosis, neumonía, insuficiencia renal, cáncer pulmonar, etc., sea mayor a la de hoy y al mismo tiempo, la productividad de los adultos del mañana sea raquítica, nauseabunda en insuficiente.

Otro aspecto que llegó a mis neuronas limpias de nicotina es el hecho de que las empresas multinacionales que distribuyen el humo del hades venden su dosis letal a un precio menor que en otros países. Cualquiera diría que es un acto de gratitud hacia los fumadores insaciables pues se les facilita obtener el preciado estimulo, pero al razonarlo mejor, es muy obvio que por ser un país desvalorizado por su tamaño, productividad y fama de carniceros, nos bombardean con millones de cajetillas sea cual sea la marca, al final el resulta es el mismo.

Acompañado de lo anterior, en el país no existen leyes verdaderamente rigoristas para controlar el consumo de tabaco y, más allá de eso, algo que garantice la salud de la población. Claro, como se trata del Santo mercado capital nadie quiere meter las manos al fuego para no perder su tajada, los impuestos y una bonita dosis de Marlboro. Mejor se convierten a los de la idea simplista de que es mejor darle al pueblo lo que piden así sea matarratas, pepto-marihuanon, aspi-nicotina, lora-alquitrán

Y mientras tanto, en el Hospital Neumológico se reúnen todos los que fueron complacidos por las leyes y quienes dieron de su dinero a las multinacionales para enriquecerlas, al mismo tiempo que acababan con sus vidas. Ellos tratan de hacerse escuchar entre los que empiezan a darse cuenta que 10, 11, 12 o más cigarros diarios es como restarle a nuestra vida 6, 7, 9 o mas meses que se vuelven años debido al deterioro de sus cuerpos. Todos ellos han experimentado y sufrido los tormentos del humo de la muerte, para algunos es demasiado tarde; sin embargo, para los que están esparcidos en este rincón de Centroamérica, todavía hay esperanzas antes que el propio humo los consuma y se los lleve el viento.

sábado, 28 de julio de 2012

En la casa del capital

Los grandes monstruos comerciales que invaden las metrópolis y ciudades cosmopolitas se recrean como un mundo alterno en el documental "Los templos del consumo". Esta investigación realizada en el 2008 revela peculiares características de los centros comerciales, sobre todo en los Estados Unidos, y contrasta las consecuencias que estas edificaciones generan en el medio ambiente. A pesar que parece un poco antiguo, no se aleja del modelo de centro comercial que se maneja en la actualidad y avanza rápidamente y de manera alarmante. A continuación presento el link para ver el documental.


_________________________________________________________________________________

El todopoderoso capitalismo es el padre de tantos fenómenos financieros y estos, a su vez, dan origen a otro tipo de situaciones debido a la imposición casi perpetua y totalmente arbitraria de sus reglas de juego. Uno de estos casos se ve reflejado en el documental Los Templos del Consumo el cual lleva a discusión el consumismo de los imperios capitalistas y, partiendo de esto, desemboca en una serie de consecuencias sobre todo en los Estados Unidos.

Es curioso nombrar como templos a lugares destinados a la compra y venta de productos; sin embargo, la doctrina que estas instituciones siguen parece basarse en la forma de actuar de cualquier religión empezando desde los sitios desde donde se fomenta el consumo: los centros comerciales. Según como se analiza en el documental, los centros comerciales están diseñados para recrear un ambiente de felicidad, un espacio donde encontramos todo utilizando elementos simbólicos como el agua, la luz y la estructura en sus edificaciones lo cual se asemeja a los elementos que utilizan las iglesias para inculcar la fe.

Bajo esta idea de templo, los centros comerciales, o mejor dicho el sector empresarial, inculca en los consumidores un ideal que guarda sus cimientos en el hecho que solamente en dichos lugares uno puede estar en paz, reunirse con sus amigos y pasarla bien no sin antes gastar en una u otra cosa innecesaria. Aparte de adoctrinarnos, estos centros de ocio están bajo el control de grandes inversores y defienden intereses propios lo que genera que dentro de sus tiendas la seguridad sea máxima. Por tanto, cuando uno decide ir a un centro comercial, también está optando por perder cierta libertad sin consentimiento alguno simplemente porque se está en propiedad privada.

La proliferación desmedida de estos grandes centros le da vida a un fenómeno de tipo ambiental: la deforestación y la contaminación. Por una parte la construcción de centros comerciales termina por devorar terrenos verdes y destruye el habitad de muchas especies y, sumado a esto, la masa de personas que consume los productos que ahí se ofrecen crean promontorios de basura pocas veces degradable. Uniendo estos dos fenómenos el resultado es un desequilibro en el medio ambiente a mayor contaminación y pocos recursos.


El monstruo consumista que parió el capitalismo se ha aliado a la mayoría de personas volviéndolas esclavos del mercado en el interminable vaivén  de la oferta-demanda. Quizá cuando reaccionemos será tarde y lo que hoy desperdiciamos y destruimos mañana, talvez, será lo que necesitemos de manera urgente y a escala mundial.

BIBLIOGRAFÍA

Ficha técnica:

Título original: Mall'r us
Nacionalidad: Fracia
Género: Sociedad
Calificación moral: Todos los públicos

viernes, 27 de julio de 2012

La industria desechable

Basado en el documental español "Comprar, tirar, comprar" realizado por Cosima Dannoritzer y producido por rtve el cual explica de manera explícita el fenómeno de la "obsolescencia programada". Accede al documental en el siguiente link:

http://www.youtube.com/watch?v=TE14aV9qf6c&noredirect=1

_________________________________________________________________________________

¿Qué haces cuando alguno de tus aparatos electrónicos simplemente ya no funciona? Pues lo que hace todo el mundo: tirarlo y comprar uno nuevo. Esa espiral consumista se ha convertido en una rutina periódica en la mayoría de hogares que invierten su dinero en objetos innecesarios volviendo millonarias a las grandes empresas. Quizá esta situación no alarme a nadie pero, que tal si te das cuenta que todos esos aparatos echados a perder realmente tienen reparación o están fabricados para tener una vida útil relativamente corta. Pues a este fenómeno le llamamos “obsolescencia programada”.

La obsolescencia programada es una técnica utilizada desde la revolución industrial mediante la cual la industria impone un tiempo límite de funcionamiento a sus productos. Un caso simple y concreto de dicha maniobra se encuentra en los bombillos ya que, en sus inicios, fueron fabricados para durar entre dos mil y cien mil horas pero, desde que entró en marcha la orden de programar los productos, los bombillos fueron modificados para durar únicamente mil horas.

Entonces, desde la entrada al mercado de la obsolescencia programada, las fabricas y empresas han visto como su capital crece exponencialmente así como el tiempo de vida de sus productos se acorta cada vez más. Para algunos es irónico ver como las grandes invenciones destinadas a perdurar por mucho tiempo tengan que someterse a las normas del mercado y a la ambición de grupos corporativos.

Pero, si vamos más a fondo en esta problemática, podemos apreciar un fenómeno secundario, producto del consumismo de los países de primer mundo, la contaminación. Ahora pregúntese usted ¿a dónde irá a terminar su computadora vieja, su celular, su televisor o alguno de sus electrodomésticos? Lamentablemente, toda nuestra basura termina en ríos, lagos, en el mar o cruzan un continente entero hasta llegar a países africanos quienes viven entre nuestros desechos como si se tratase de un basurero planetario. Talvez no se imagina que compañías como Intel, Apple Company y algunas más envían contenedores repletos de productos descartados debido a la obsolescencia programada. Hay personas en estos países que extraen el cobre y demás metales de los aparatos para venderlos y, aún hay quienes reparan dichos utensilios que luego terminan en el mercado negro.

No cabe duda que la fiebre por el consumo a la que nos conducen estos imperios financieros no tuviera el mismo efecto si no hubieran comenzado a fabricar productos deficientes pues, por el contrario, si sus productos duraran más, las ganancias fueran menores. Sin embargo, los más afectados en esta escala de consecuencias son las poblaciones pobres, sus naciones y el medio ambiente que los rodea. En fin, la obsolescencia programada no es más que una industria desechable operada de manera silenciosa y volviendo más ricos a los que siempre lo han sido.

Fecha de redacción: 05.06.12


BIBLIOGRAFÍA:

Ficha técnica:

  • Título original: Gasland
  • Lengua original: Inglés, castellano, francés, catalán, aleman.
  • País: España / Francia
  • Año: 2010
  • Duración: 53 minutos
  • Dirección: Cosima Dannoritzer
  • Guión: Cosima Dannoritzer
  • Distribución: Online CC BY-NC-SA 3.0
  • Producción: Davina Breilet
  • Productora: Media 3.14, Arte Francia, Televisión Española y Televisió de Catalunya.
  • Participan: Marcos López (Técnico informático), Casey Neistat (Videoartista), Elizabeth Pritzker (Abogada), Mike Anane (Periodista y activista),Serge Latouche (Profesor Emérito de Economía), Michael Braungart (Químico), John Thackara (Diseñador y filósofo) y Warner Philips (Biznieto de los fundadores de Philips).

jueves, 26 de julio de 2012

Ser líder y sevir


Caminos los hay de todo tipo, opciones, oportunidades y posibles destinos para desembarcar nuestro barco de la vida. Cada quien lo conduce según le parezca conveniente tal como lo aprendió de quien fue su instructor o instructora, de las experiencias e influencias ideológicas de los demás. Ese gran navío que representa nuestras vidas toma el rumbo que nosotros le damos, ejerciendo el poder de capitanes y guiadores de nuestro propio destino.

Pero, surge una pregunta: ¿qué tan buenos capitanes somos? Talvez, superficialmente, vemos que todo marcha bien por el simple hecho de que no nos aquejan los problemas, que no padecemos necesidades ni conflictos con los demás. Si realmente así fuese, entonces la vida sería tan fácil que no nos preocuparíamos por darle un sentido, sin embargo, no es así. Muchos lo ven de esta manera quizá porque viven dentro de si mismos y su egoísmo les hace pensar que, como ellos están bien, los demás no importan, crean un estado de apatía con lo que les rodea impidiéndoles ver la realidad de su entorno.

Entonces, si hay problemas fuera de mí ¿qué tienen que ver conmigo? La respuesta está en el lugar que tú ocupas en esta vida. Si Dios te dio la oportunidad de nacer en este mundo, no lo hizo para rellenar un espacio en la sociedad sino para que te enfrentes con valentía a las dificultades, para que tus manos sirvan de ayuda a aquel que se ahoga en este inmenso océano y para que lleves tu embarcación a la cima del éxito. Se escucha y se dice fácil, pero sabemos perfectamente que no es así, que todo lo bueno que se quiere lograr cuesta y requiere la perseverancia, convicción y fe en nosotros mismos.

Ahora surge otra pregunta. Si alcanzar estas metas es tan difícil ¿cómo lo lograré? ¿Qué debo hacer? Piensa por un momento si el lugar que tú mismo te otorgas en esta sociedad es de los primeros o quizá de los últimos. Con esto me refiero a que si tú eres de las personas que toman la iniciativa, se arriesgan, trabajan por lo suyo y para los demás o, por el contrario, eres de aquellos que esperan que otro u otra decida sobre sus vidas, que no te interesa trabajar por tu futuro y te escondes cuando se trata de ayudar. Estas personas son las últimas en una sociedad agitada pues son manipuladas, utilizadas y puestas al margen debido a que no se atreven a ir por más.

Si en verdad estás dispuesto de una vez por todas a tomar el mando de tu barco, empieza desde tus adentros, construye pilares de confianza, descubre y desarrolla tus destrezas para que se vuelvan habilidades y, en base a ellas, emprende la lucha con paso firme para tomar con coraje las riendas de tu destino. Deja ese temor a ahogarte o accidentarte en el océano de la vida pues los errores son inevitables, aunque de ellos se aprende más que de las victorias. Piensa con sentido humano, sensibilízate, aprende a discernir y conviértete en un agente de conciencia en tu entorno. Motiva a las personas de tu alrededor a soltarse de las cadenas y las adicciones terrenales para que salgan de la esclavitud y, al igual que tú, zarpen hacia el mar en busca de sus sueños.

Cuando hayas hecho todo esto, pregúntate a ti mismo: ¿Qué rumbo debo tomar? ¿Qué camino es el mejor para mí? Es aquí donde debes ocupar tu brújula que ha estado contigo desde tu nacimiento. Esa brújula son tus padres. Ellos conocen los caminos, ya han navegado, aunque talvez naufragaron, pero su sabiduría los hace invaluables. Sigue sus consejos y andarás por buen camino. Al mismo tiempo, hay algo más que está ahí siempre, que te ilumina, te guía en la oscuridad y aclara todos los caminos. Esa persona es Dios, el que jamás te va a privar de su luz y, como el sol que se asoma y sale en el horizonte para luego esconderse en el crepúsculo siguiendo un ciclo eterno, así también Dios ha estado desde el inicio de tu vida dándote salud, amor y entendimiento para hacer de ti uno de sus servidores.

Todas estas herramientas harán de ti un capitán que no defraudará a su barco, que no va a sucumbir ante las embravecidas aguas, que lo superará todo, lo vencerá todo, irá contra la corriente y quizá lo pierda todo menos su espíritu de lucha con el llegarás al final del recorrido. Y ¿cuál es el final del recorrido? Ese es haber alcanzado tus metas, vivir tus propios sueños, ser feliz con lo que tengas en ese momento hasta regresar a las manos del creador en paz y sintiéndote orgulloso de todo lo que lograste con tu barco.

La vida es una aventura llena de retos, fracasos, glorias, errores y reivindicaciones, pero al final todo esto suma experiencia para aquel que se atreve a vivir buscando sus objetivos los cuales son conquistados por hombres y mujeres líderes positivamente, con iniciativa de acción, que ejercen su influencia en los grupos, que contribuyen de manera voluntaria en proyectos comunitarios y que aportan sus habilidades, no solo para bien propio, sino para bienestar común.

Esas personas valientes que viven con pasión cada día y que dejan todo en cada labor que hacen, son los verdaderos artífices de la historia de la humanidad y marcan huellas imborrables en las mentes y los corazones de aquellos con quienes compartieron. Así pues, ustedes también están invitados a dejar su huella en esta vida, una huella positiva y que tus acciones, encaminadas al porvenir de la sociedad, queden inmortalizadas en cada persona que se benefició gracias a tu solidaridad. Seamos líderes de nuestro futuro y sirvamos, ante todo, a la causa de nuestro Señor.

Fecha de redacción: 15.07.11
Dedicado a mis amigos y amigas, mi segunda familia, el grupo CreEs


miércoles, 25 de julio de 2012

Poetizando


  • (Sin título)


Viendo la misma luna,
contemplando el mismo sol,
haciendo una aventura
sintiendo igual dolor.

Por la calle de la amargura,
camino de confusión.
Viendo la misma luna,
contemplando el mismo sol.

Mirándonos con ternura,
besándonos con amor.
Viendo la misma luna,
contemplando el mismo sol.
Fecha de redacción: 12.01.11

  • Hace falta un poeta


Hacen falta palabras,
párrafos con sentido,
figuras literarias,
un verso prohibido.

Hace falta una voz
que detenga el tiempo
y en lugar del adiós
proclame el adviento.

Hace falta el arte,
belleza al resplandor,
más allá de la muerte
inerte es el dolor.

Haces falta, poeta.
Un recital de amor.
Vocación de profeta,
corazón de escritor.
Fecha de redacción: 17.06.11

martes, 24 de julio de 2012

Pecado capital


Soy un lector principiante, lo admito. Pero no es por obra y gracia de mis caprichos sino de nuestro desnutrido sistema educativo el cual prepara a analfabetos de la literatura que apenas y distinguen oraciones simples de las compuestas, y ya no se diga de las benditas subordinadas. A esta mezcla de apatía sumémosle que, por desgraciada antonomasia o quizá por infundados tabú, la lectura en este país es vista como la perdida de tiempo mas irritante e improductiva desde que un ser humano comienza a desarrollar conciencia de las cosas. Es casi un dogma popular escuchar a la gente decir que leer es cansado, una actividad de los académicos o intelectuales, así llamados. Talvez en algo tengan razón, no obstante, todos estamos obligados a leer hasta para ir al baño.

Según estadísticas de una universidad británica, un ser humano promedio pasa frente al televisor ocho años a lo largo de su vida; aunque las evidencia que se plasman ante mis ojos reflejan que esa estadística crecerá y esta creciendo rondando los 10 años pues existen casos de menores que llegan a esa edad como si hubiesen nacido junto a la tele. Ahora pregúntese usted: en su historia como ser viviente ¿Cuánto ha leído? Descarte desde ya todos aquellos panfletos comerciales, anuncios, señales de transito, carteles con tinte político y en fin, todo aquello que leemos por inercia de manera rutinaria. La pregunta se refiere a cuánto y cuántas veces usted lee de manera voluntaria, por ejemplo: el periódico, alguna revista, textos científicos, cuentos, novelas, historietas, etc. Si ya hizo su calculo se habrá dado cuenta que difiere en la cantidad de tiempo invertido en la tele-domesticación.

Para ser totalmente honesto mis cálculos andan por los treinta segundos. Una cifra tan ínfima pero que no dudo en poner por encima del promedio de muchas personas que, siendo optimistas, llegan al medio segundo. Lo más inaudito de todo esto es que, al leer, muchos no pasan ni siquiera de las primeras cinco páginas y quizá no pasarán de ahí por el resto de sus vidas. Si la pregunta fuese ¿cuántos libros “completos” ha leído en su vida? A lo mejor muchos se abstengan de responder.

Toda esta disfunción lectora desemboca en deficiencias en la comprensión de textos, faltas graves de ortografía, problemas al expresar ideas, léxico paupérrimo y, lo menos gramático pero igual de importante, falta de riqueza cultural, tanto propia como global.

La literatura es la ventana más ancha y deslumbrante hacia el mundo de la libertad del alma y el pensamiento. Es el canal donde artistas de la palabra arrojan sus sentimientos, su ideología y anhelos para atraer masas de gente crítica y de conciencia que se vuelve colectiva. Pero, por desgracia, en los centros de aprendiz-nada hay una brecha enorme que separa la materia de Lenguaje con la Literatura. En vano la llamamos “Lenguaje y Literatura” pues no es ni chicha ni limonada. El sistema educativo afronta un gran reto para aliviar este mal que lo único que ha cosechado son generaciones de lecto-fóbicos debido a las carencias en inculcar el hábito de la lectura en niños y niñas. ¿Por qué no abordar la materia desde la perspectiva central de la literatura? Muchos dirán que literatura y gramática (para efectos de contrapuestos) no se deben abordar como un solo contenido. Sin embargo, yo soy de los que piensa que si se estudia la literatura a través de la historia y de los grandes movimientos literarios se cultivará en nuestros futuros profesionales la semilla necesaria para manejar el lenguaje, su naturaleza y por qué no, encontrar nuevos talentos en la escritura.

No se trata de restarle importancia a la gramática pues con ella rozamos la perfección en los escritos pero, si se ve desde los autores de grandes obras, se logran dos objetivos: mostrarles a los alumnos su aplicación y convertirlos en lectores aficionados a la literatura. Y no solo eso ya que los momentos literarios corresponden a períodos de suma importancia para diferentes países como el nuestro. Esos períodos reflejan un cambio o la fractura entre una corriente de literatos y otra lo cual ayudará a entender el contexto social, cultural y político en un determinado momento de la historia. Esto se puede lograr sin esperar milagros divinos de nuestros oligarcas: capataces y autonombrados “dueños del conocimiento”.

Si nos cobijamos en esta propuesta vemos que se abarcan muchas disciplinas y tendríamos como cosecha una generación de jóvenes críticos, analíticos y comprometidos a brindar soluciones a las actuales coyunturas donde los actores políticos siguen siendo de la misma elite longeva que ya mas parece una saga desgastada, desactualizada e iterativa. Lamentablemente, esta saga de “superhéroes” de historietas quiere convertirse en leyenda por los siglos de los siglos y no soltarán el seno que los ha amamantado desde que lograron colgarse en los pezones del poder. Por tal motivo, no es nada beneficioso para ellos que las nuevas cosechas estén vitaminadas, inmunes a sus falacias, vacunadas contra el síndrome anti-corruptivo, anti-oligárquico, anti-político y anti-monopolio. Bajo estas leyes y formas de proceder no habrá alguna generación que verdaderamente extermine a estos parásitos de la sociedad pues su labor es mantener al rebaño sumiso, alejados por años luz del control y la igualdad. La pobreza también tiene sus raíces en este juego sucio de la ignorancia a la que nos han sometido ya que, entre más cerebros lúcidos y pensantes sobre lo que pasa ante los ojos cegados de los analfabetas, más serían los mártires y defensores de la verdad y la justicia.

Y pensar que todo está al alcance de un libro. Aunque no esté muy seguro pero creo que no habrá otro Alfredo Espino, Claudia Lars, Salarrué, Masferrer, Gavidia, Roque Dalton ni Manlio Argueta mientras sigamos permitiendo que domestiquen nuestro intelecto y nuestra capacidad de razonar. No habrá talentos del arte literaria mientras la educación siga sujeta a la desfachatez, a privar a la población del derecho a prepararse dignamente, a superarse y aportar a las decisiones del país.

Mi generación, las anteriores y las que vienen en camino pasarán nueve, diez, once, doce, o mas años en una escuela de aprendiz-nada creyendo que el conocimiento recibido basta para ser el siguiente Premio Nobel. Me entristece tanto saber que ya pasé mi etapa de educación básica y media, sin embargo, mi gusto por la lectura no lo alimentó este apático sistema, ni la influencia de mi familia, que también se formó bajo las mismas directrices. Este placer que nace en mis adentros lo encontré en la soledad donde estará siempre mientras espero el día en que los escritores seamos vistos como un tesoro para la cultura, como verdaderas promeses del arte y orgullos nacionales.